domingo, 30 de octubre de 2011

Testimonio

Historia de una hermana alemana llamada Margarete Hellman.
 Esta hermana había estado enferma de una cadera desde su juventud, y el dolor y el sufrimiento habían aumentado a medida que pasanan los años...
Per un día se había enterado de la alentadora noticia: el Profeta del Señor iría a Dresden. Desde ese momento la dominó el profundo deseo de asistir a la conferencia y tocar al Profeta. Tenía la fe y la absoluta convicción de que el Profeta no tendría necesidad de ponerle las manos sobre la cabeza para darle una bendición de salud.
Esta hermana de Alemania le pidió a su nieto que la llevara a la conferencia una hora antes de empezar y la dejara en la silla de ruedas en el pasillo, cerca del lugar por donde pasaría el Profeta cuando llegara. Esta frase de una carta que escribió nos dice con tiernas palabras el resto de lo sucedido:
Cuando nuestro Profeta se acercó a mí, estrechó mi mano con calidez y me miró con espíritu de amor, al igual que los que estaban con él. Desde ese momento, no sentí más dolor, ni lo he vuelto a sentir más. !Este es el testimonio más grande de mi vida!
                    

                                         Joseph B. Wirthlin   Liahona feb 1979  pag 48-9

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