La guerra impele a odiar a los enemigos.
El Príncipe de Paz dice: Amad a vuestros enemigos.
La guerra dice: Maldice a quién te maldice.
El Príncipe de Paz dice:Orad por los que os maldicen.
La guerra dice: Hagan daño y maten a quienes los aborrecen.
El Señor resucitado dice: Haced bien a los que os aborrecen.
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